Summary: | La entidad conocida como ébola,
recibe esa denominación por el
nombre del río más cercano al distrito africano, donde se presentaron los
primeros casos del brote en la década de los setenta del siglo XX (1). Esta
zoonosis que está afectando a África y actualmente extendiéndose a otros
continentes, llama la atención de las autoridades sanitarias a nivel mundial.
Los virus pertenecen a la familia Filoviridae, género Ebolavirus (EBOV) y están
divididos en las especies Bundibugyo ebolavirus, Reston ebolavirus, Sudan
ebolavirus, Tai Forest ebolavirus y Zaire ebolavirus (2).
El origen de la entidad es desconocido, el primer brote de EBOV se reportó en
Sudán en 1976 y tres semanas más tarde en Zaire, hoy República Democrática
del Congo [RDC] (3). Luego la frecuencia de casos disminuyó, reportándose
pequeños brotes, hasta que en 1994 el virus inició recorrido en dirección
oriental, con incremento progresivo de casos desde Gabón hacia RDC y Uganda
(4-6). Actualmente existe un nuevo brote que no ha podido ser contenido.
Para el 4 de septiembre del año en curso, se habían reportado 3707 casos,
incluyendo 1848 muertes (7), distribuidas entre Guinea (771 casos y 494
muertes), Liberia (1698 casos y 871 muertes), Sierra Leona (1216 casos y
476 muertes), Nigeria (21 casos y 7 muertes) y Senegal (1 caso). Sumado a
lo anterior el pasado 26 de agosto el Ministerio de Salud de la RDC notificó a
la OMS un nuevo brote en su provincia ecuatorial (8).
En un intento por entender la historia natural de la enfermedad se han realizado
estudios en vertebrados (murciélagos y roedores) y artrópodos, relacionados
con el caso índice o sitio del brote, sin conseguir aislamiento viral o
anticuerpos anti-EBOV (9,10). Debido a que los monos desarrollan una sintomatología
hemorrágica similar a la de los humanos con posterior fallecimiento,
no son considerados portadores asintomáticos (11). Se ha señalado que
un murciélago aloja el virus, también al parecer los antílopes y el puercoespín.
Existe un vacío importante de conocimiento al respecto.
En 1999 se estudiaron 242 mamíferos pequeños, detectando la glicoproteína
del EBOV y secuencias del gen de la polimerasa, en animales pertenecientes
a dos géneros de roedores y una especie de musaraña (12), señalados como
reservorios de la enfermedad.
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