| Summary: | La posición de Pakistán es excepcional pues representa la intersección o nodo geoestratégico entre el Sur, Oriente, Centro y Occidente del continente asiático. Sin embargo, ¿es éste un estado con suficiente poder para desempeñar por sí mismo un rol protagónico en la reconfiguración del orden mundial que tiene a Asia como principal escenario? El presente artículo argumenta que Pakistán es un caso de potencia subregional, es decir, un estado que sin haber superado su situación periférica en el sistema-mundial ha logrado dotarse de una significativa cuota de poder económico-militar que le garantiza ciertos márgenes de autonomía y lo proyecta como una pieza central en el “trapezoide geopolítico” asiático.
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