Summary: | Los debates sobre las artes marciales se centran habitualmente en las formas particulares en que los diversos estilos dan respuesta a una serie de ataques. De hecho, son estas formas particulares las que distinguen a la mayoría de las artes marciales. No obstante, este artículo examina el papel del agresor durante el entrenamiento, específicamente en el arte marcial del aikido, y perfila un paralelismo entre el papel del agresor durante la práctica del aikido y las acciones que realiza un miembro de una oposición leal en una democracia. El compromiso con el conjunto de reglas que gobiernan y protegen a los participantes, y también el compromiso para mantener una tensión rica y creativa, definen tanto las vibrantes interacciones que se producen en un dojo de aikido como las que suceden en la vida democrática de una sociedad multicultural.
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