| Summary: | En Colombia, salvo algunos ensayos que por lo escasos no son menos meritorios, el estudio profundizado de la Botánica sistemática ha tenido pocos adeptos verdaderamente especializados. Aquellas figuras proceras que iluminaron un siglo de nuestra historia y dieron renombre científico a nuestra patria, buscando en el corazón de nuestras selvas, en la cima de nuestras cordilleras o en los horizontes infinitos de nuestros llanos las rarísimas plantas que ellos mismos estudiaron con esmero y clasificaron para la posteridad: los Mutis, los Caldas, los Trianas, fueron lumbreras que se extinguieron ante la indiferencia de un pueblo necesariamente preocupado ya por las, conmociones desugesta libertadora o por las revueltas de sus luchas políticas internas. Vivieron en época precaria para el desenvolvimiento de sus geniales profesiones y la mayor parte de sus esfuerzos quedó inmaterializada y archivada bajo el polvo de la incomprensión mientras que por todos los ámbitos del territorio patrio cruzaban y se sucedían expediciones extranjeras ávidas de descubrir novedades botánicas, acumulando materiales que fueron a enriquecer los Museos de capitales europeas y a aumentar así, en paísesextraños, el acervo de conocimientos relativos a nuestras riquezas naturales. Todo estudio sistemático importante ha de estar necesariamente basado sobre ejemplares de herbario y, cuando se publican especio géneros nuevos, los ejemplares respectivos se consideran comocomprobantes físicos y se les denomina tipos. Ser aficionado a las plantas y ser botánico sistemático, esto es: genuino y original clasificador de plantas, son cualidades que no se excluyen, pues antes bien armonizan perfectamente, pero sólo pueden complementarse en orden ascendente, porque lo último requiere una idoneidad especial y elementos de trabajo muy completos, El aficionado a las plantas puede quizás ser algo clasificador en el sentido que puede ordenar por familias, géneros y especies a la flora de su región o país, sobre todo si ésta ha sido previamente estudiada y descrita, pero semejante labor no sale de la, esfera de la simple divulgación, la cual es muy plausible e indiscutiblemente necesaria como toda labor encaminada a ilustrar al público. Pero desde el punto de vista puramente científico, el trabajo taxonómico o sistemático es el que vale y pesa, principalmente cuando se trata de monografías, recesiones y novedades genéricas o específicas. El botánico sistemático, trabaja casi siempre en terrenos vírgenes, metafóricamente hablando, y es el artífice que transforma lo ignoto en notorio; su obra es, pues, esencialmente creadora. Todo hombre de ciencia que, se respete lleva aún más lejos sus pesquisas y, cada vez que puede, pesa, mide y aprecia minuciosamente la validez de las investigaciones anteriores sobre determinado tema, aún suyas propias;en otras palabras, su mente siempre permanece abierta a la crítica constructiva, completamente libre de prejuicios, en un afán de perfeccionar los conocimientos a la luz de la verdad más pura.
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