Summary: | El comportamiento político de evangélicos y pentecostales brasileños cambió en el transcurso de la última mitad del siglo XX, pasando de un eje centrado en la apatía y repugnancia de la política para una participación comprometida, que asume el mandato político como una “vocación” misionera, originaria de un “llamado divino”. Para comprender mejor esos nuevos agentes político-religiosos y mentalidades proponemos, siguiendo el modelo weberiano, dos tipos de ideales: “Políticos evangélicos” y “Políticos de Cristo”. Los primeros construyen sus carreras con un discreto apoyo de las iglesias, mientras que los últimos son “producidos” por mega-iglesias pentecostales, que los seleccionan, promocionan y posibilitan su elección. Como contrapartida, ellos deben fidelidad a las iglesias y sus jerarquías debiendo, en las cámaras legislativas, defender los intereses corporativos y morales de la institución. Utilizamos aquí ejemplos tomados de la acción política de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), de la Iglesia Evangélica Asamblea de Dios (IEAD) y de la trayectoria política del ex-gobernador de Río de Janeiro, Antonhy Garotinho. Estos modelos de acción política fueron reunidos en momentos diferentes, aún así todos tuvieron, en las elecciones de 1998 y 2002, su contexto histórico. Las preguntas básicas que nos inspiran surgen de un contexto de interacciones autoritarias y verticales que se dan entre los pastores, obispos y fieles.
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