Summary: | El fenómeno de la captación de científicos extranjeros luego de la Segunda Guerra Mundial ocupó un lugar destacado en la política científica del gobierno peronista en Argentina, entre 1946 y 1955, que buscó aprovechar los capacitados recursos humanos alemanes para modernizar y aumentar la capacidad industrial nacional. El objetivo de este trabajo es señalar justamente cuáles fueron las potencialidades y límites de esa particular estrategia, en ese particular momento histórico. Si Werner Heisenberg y otras figuras de relieve que buscó cooptar el gobierno peronista demuestran las potencialidades implícitas en la inversión de recursos sin precedentes en esta política de desarrollo científico-tecnológico, la figura de Ronald Richter muestra los límites de la misma. Aislado de la comunidad científica que, en última instancia, es la que da y quita la categoría de científico, la actuación del físico austríaco puede ser contrastada con los análisis ya clásicos de Kuhn sobre los mecanismos que regulan la llamada “ciencia normal”. A través de esta contraposición se busca ensayar una explicación sobre cómo fue posible un “fraude” de las proporciones del proyecto de fusión controlada de Richter en la Isla Huemul.
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