Summary: | En la antigua Grecia, la palabra parasito se refería, originalmente, a los altos funcionarios encargados de verificar la cosecha del trigo. Ser parásito era un gran honor, porque a estos seres se les consideraba sagrados. Sin embargo, en algún momento, esta figura comenzó a tener mala fama y fue adoptada por los antiguos dramaturgos grecolatinos para describir personajes cómicos que viven a expensas de otros. Este trabajo analiza la figura del parásito como metáfora de la naturaleza humana en las obras de Plauto y Terencio, así como en la famosa película Parásitos de Bong Joon-ho. Se trata de una propuesta que también se apoya en los postulados de Thomas Hobbes, Jaques Derrida y Michel Serres, para quienes el hombre tiene una condición que encuentra ecos con la de los parásitos: la de los lobos.
|