Summary: | Manuel Carra ha sido, y en cierto modo lo sigue siendo, una de las figuras más respetadas y reconocidas en el ámbito musical, fundamentalmente en dos campos a los que se ha dedicado por completo durante toda su vida profesional: la interpretación y la docencia. De la primera sería extremadamente larga la enumeración de los recitales, conciertos y giras realizadas en sus más de cincuenta años en la profesión. Con respecto a su segunda dedicación en la música se encuentran los casi cincuenta años en la docencia pianística, principalmente en su cátedra de Madrid y en multitud de cursos impartidos por España y todo el mundo. La transmisión de su concepto del arte de la interpretación para piano es parte fundamental en su desarrollo como músico y como intelectual, habiendo abandonado con ello su tercera gran pasión: la creación musical. Y no lo podemos poner en duda, pues aunque su producción sea realmente escasa cuenta en su haber con una docena de obras la calidad de su catálogo compositivo es muy reseñable, incidiendo en su obra juvenil editada sobre todo por el hecho de cómo utiliza el dodecafonismo, adaptándolo y replanteándoselo para acercarse así a sus primeras inquietudes lingüísticas.
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