Summary: | La Iglesia Católica al estar gobernada por el Papa, Concilios y los prelados origina una
documentación muy particular para dejar constancia de sus actos y decisiones. En el caso
concreto de la parroquia, hemos de indicar que dicha institución es fuente de producción
documental tanto activa como pasiva, siendo los legajos de documentación que se conservan
en sus archivos un patrimonio de cada parroquia. La producción activa comprende todos
aquellos documentos que se generan en el desarrollo de la actividad parroquial: sacramental,
pastoral y administrativa, entre otras. Por su parte, la información recibida en la parroquia de
las autoridades eclesiásticas y organismos civiles: comunicaciones del obispo, cartas
pastorales, nombramientos, etc. pasan a configurar la denominada documentación pasiva.
Los archivos parroquiales surgen “como resultado de la revalorización que el Concilio
de Trento dio a los siete sacramentos católicos, y al deseo de la Iglesia por registrar todo acto
sacramental de ámbito social1”. De tal forma, que en atención al Concilio los párrocos debían
anotar, conservar y custodiar cuantos libros fueran necesarios para la constancia y testimonio
del ejercicio de su ministerio.
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