Summary: | Entre las prácticas del pintor Diego Velázquez (Sevilla, 1599- Madrid, 1660), está la de realizar apuntes al óleo sobre lienzo “del natural”, de aquellas personas de las que después haría retratos en otras dimensiones. En el catálogo de su obra existen esta clase de bocetos: rey Felipe IV, Infanta María Teresa o Baltasar Carlos. El de Isabel de Borbón que aquí se da a conocer viene a sumarse a los mencionados. La inmediatez y la soltura técnica son las características más importantes de todos estos retratos, en los que el pintor ha centrado su trabajo en la captación del espíritu del personaje, de una manera que resulta más natural que las posteriores versiones que hará a partir de ellos. Debido a su finalidad, Velázquez se centra fundamentalmente en la cabeza, insinuando solamente otros detalles como el peinado, el posible atuendo o el fondo. Todos los datos técnicos y estilísticos extraídos de este estudio de la Reina avalan la atribución al maestro sevillano.
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