Summary: | En 1910 se inauguraron los Sanatorios marítimos Nacionales de Oza (La Coruña) y Pedrosa (Santander), gracias al interés mostrado por el Ministerio de la Gobernación. El Ayuntamiento de Madrid envió el primer año a Pedrosa una colonia en forma de ensayo en dos tandas y otra la Diputación Provincial. En la temporada del siguiente año, el Patronato Nacional de Sordomudos y Ciegos trasladó una colonia al Sanatorio cántabro al igual que el Consistorio madrileño.
La designación de un elenco de maestros de reconocida valía y la realización de múltiples actividades al aire libre produjo ascensos importantes en las dimensiones físicas e intelectuales de los niños. Ello fue debido a que los escolares participantes no eran enfermos crónicos, sino débiles, enfermizos y anémicos. La estancia de los niños madrileños en el Sanatorio de Pedrosa fue calificada como una prolongación de la escuela.
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