Summary: | La teoría de la afinidad sónica (Campos, 2016) considera que el cerebro musical humano está modelado por la acción de sonidos recibidos desde la formación del oído, generando perfiles sonoros y estéticos en procesos miméticos integrados en la lógica evolutiva. Aplicada al ámbito de la musicología histórica, permite analizar el siglo XIX como estadio determinante de mutaciones musicales a raíz de la revolución industrial, que aplastó la quietud sonora del Antiguo Régimen con el estruendo de las máquinas de vapor, las hilanderas mecánicas y el ferrocarril. La orquesta creció imparable, el piano duplicó en potencia y posibilidades a sus predecesores, el metrónomo y la pianola se universalizaron, y las composiciones cultas desarrollaron unos rasgos y complejidad impensables anteriormente. Asimismo, la voz humana se ahogó temporalmente bajo la avalancha instrumental.
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