| Summary: | A partir de la obra de Keynes, y del consenso que surgió con la síntesis neoclásica, parecía que se vislumbraba en el horizonte una situación en que el control de la economía era posible. Pronto se evidenciaron las limitaciones de este planteamiento. Por un lado, los policymakers actúan sobre una realidad compleja e incierta en la que los agentes diseñan estrategias que afectan a la eficacia de las actuaciones públicas. Por otro, se cuestionó que los decisores públicos tengan la omnisciencia y benevolencia para maximizar la función de bienestar social. Sobre esa base, se han fortalecido las soluciones de mercado y el escepticismo respecto a la eficacia de una política discrecional. No obstante, existe un amplio margen para el perfeccionamiento de la política económica basada en la redefinición de sus objetivos básicos, en la importancia que han demostrado tener las instituciones y en las propuestas de solución de problemas concretos.
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