Desarrollo humano en la vejez: un envejecimiento óptimo desde los cuatro componentes del ser humano

“Si pudiéramos dar a cada individuo la cantidad exacta de alimento y ejercicio, ni demasiado, ni demasiado poco, habríamos encontrado el camino más seguro hacia la salud.” (Hipócrates 460-380 AC). Desde tiempos inmemoriables, el envejecimiento ha preocupado cada vez más a la humanidad, y a pesar de...

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Bibliographic Details
Main Authors: Jerónimo González Bernal, Raquel de la Fuente Anuncibay
Format: Article
Language:English
Published: Asociación Nacional de Psicología Evolutiva y Educativa de la Infancia Adolescencia Mayores y Discapacidad 2014-01-01
Series:INFAD
Subjects:
Online Access:http://www.infad.eu/RevistaINFAD/OJS/index.php/IJODAEP/article/view/783
Description
Summary:“Si pudiéramos dar a cada individuo la cantidad exacta de alimento y ejercicio, ni demasiado, ni demasiado poco, habríamos encontrado el camino más seguro hacia la salud.” (Hipócrates 460-380 AC). Desde tiempos inmemoriables, el envejecimiento ha preocupado cada vez más a la humanidad, y a pesar de que cada vez conocemos más de este proceso, aún hoy en día, en pleno siglo XXI, es muy poco lo que sabemos. Siendo un proceso universal, con la trascendencia de concluir en la muerte, la ciencia no ha encontrado como frenar o evitar el envejecimiento. No obstante, en el devenir histórico con sus diferentes épocas, ciclos y guerras, se ha conseguido un incremento en la esperanza de vida, situándose ésta en torno a los 30 años, hasta que en el siglo XX se produjo el avance más espectacular, pasando a situarse en torno a los 80 años. Un valor que crece 2,5 años cada década, y que hallará su techo en breve, si la ciencia no lo remedia. Podemos afirmar por tanto, que hay muchas formas de envejecer, y que viviremos una media de 90 años. A partir de estas premisas, abordamos un tema crucial: ¿qué puedo hacer para envejecer bien, para cuidarme?, -teniendo en cuenta que los cuidados para el envejecimiento óptimo son conocidos desde épocas remotas-, y por otra parte, no menos importante: ¿como puedo hacerlo?. Concluimos señalando la importancia y necesidad del ejercicio físico, así como la de mantener una alimentación equilibrada, frente a esto, los cambios tecnológicos y culturales nos llevan a una sociedad con efectos contrarios, cada vez hay más sobrepeso y sedentarismo, que retroalimenta lo anterior. La clave ya no es tanto saber lo que tengo que hacer, como: qué puedo hacer para conseguirlo. Esta punta de flecha es la que hemos de abordar en las generaciones inmediatas para poder vivir más y mejor.
ISSN:0214-9877
2603-5987