Summary: | Aunque inevitable por la complejidad y la contradicción que son inherentes al ser humano, puede esperarse que la ambigüedad sea tratada con refinamiento. Cuando hay refinamiento, se trata de reducir los problemas de la indeterminación y de poner algún orden en medio de lo contradictorio. En una de las Confesiones de Agustín de Hipona se lee una refinada plegaria: "Concédeme castidad y continencia, pero no ahora mismo". Una oración contradictoria podría ser: "Concédeme castidad y continencia, pero también dame lujuria y desenfreno". En este artículo se mostrará que nuestra constitución es una creatura de tal ambigüedad que es caldo de cultivo para oportunistas; al final se señalan algunos inequívocos sesgos de influyentes hacedores de política (con los costos asumidos por los perdedores) y, además, se esbozan algunas tentativas de solución.
|