Summary: | En este artículo me propongo indagar la construcción audiovisual de atmósferas afectivas a partir del análisis de Histórias que só existem quando lembradas (2011) de Julia Murat y Viaje sentimental (2010) de Verónica Chen. Por medio de la jerarquización de la fotografía y el plano fijo como procedimientos estéticos y narrativos, las poéticas audiovisuales de las obras de Murat y de Chen dotan de nuevos sentidos lo familiar, introducen la vacilación de la realidad ordinaria y participan de un «éxtasis» del tiempo, un «retorno de lo muerto» que se vincula a la figura del «Spectrum» (Barthes, 2006). Las fotografías implican experiencias de viaje y desplazamientos espaciales, extensivos, respecto al cuerpo y la mirada, a nivel físico y fantasmático, como también afectivos, punzantes, azarosos (en relación estrecha con la dimensión del punctum barthesiano). Se trata de una concepción del cine que busca ensayar con las fotografías una trama de ideas (la memoria, el recuerdo, el archivo del Tiempo, la misma Fotografía) en la que se inscriben las atmósferas afectivas.
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