Summary: | Las dos películas protagonizadas por el grupo musical los Hombres G en los años ochenta fueron muy poco reconocidas por la crítica de su momento. Esas ficciones quedaron atrapadas entre las obras asociadas a la movida madrileña y un cine realizado bajo los auspicios del sistema de subvenciones de la época, que ha ocupado mucho espacio en el imaginario de críticos y académicos. Pero las películas de los Hombres G ¡Sufre, mamón! (Manuel Summers, 1987) y Suéltate el pelo (Manuel Summers, 1988) fueron un éxito de público incontestable. El propósito del artículo es analizar cómo estas dos cintas construyeron, a través de un humor grueso y el uso de la parodia, la sátira, la intertextualidad y hasta la autoficción, un retrato deformado de la época, que en modo alguno puede ser tachado de despolitizado. Estudiaremos cómo estas dos películas excedieron su función de vehículos comerciales al servicio de un grupo musical para acabar ofreciendo un entretenimiento irreverente que se burlaba tanto de sus mayores y de las instituciones por ellos controladas, como de sus coetáneos, los jóvenes completamente volcados en una cultura de consumo que marcó en gran manera aquella época.
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