Summary: | En el siglo XVI la antigua Esparta fue, como Estado, referente político explícito bien para los teorizadores que, con poderosos anclajes en el pasado clásico, buscaban ante todo la estabilidad social y constitucional para repúblicas renacentistas con ambiciosos diseños geopolíticos, bien para aquellos otros que en sus obras se oponían al creciente absolutismo monárquico. Como sociedad, idílica y atemporal, integrada por ciudadanos modélicos en cuanto a libertad y virtudes cívicas, Esparta fue también velada inspiración para los utópicos que soñaron un mundo mejor, ideal, un refugio en el que poder escapar de la corrompida y mundana realidad que les envolvía.
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