Summary: | Educar para la planifcación del Desarrollo Humano precisa la superación de un antropocentrismo epistémico, así mismo, el consecuente tránsito hacia un biocentrismo que priorice la conciencia ambiental y la formación integral de las personas. Se trata pues de superar la idea de supervivencia y lucha individual como rasgo de la evolución de la especie humana y abrazar la “bio-colectividad” como un rasgo clásico del desarrollo humano y del progreso histórico de la sociedad.
El presente artículo no aborda específcamente la situación del desarrollo humano en Colombia desde un orden estadístico; basta con decir que, en todos los diagnósticos presentados durante las dos últimas décadas en el ámbito nacional e internacional, lo que se traduce en ellos son injusticias humanas, inequidad social, deterioro ambiental, enormes brechas generacionales de desarrollo en el territorio local, subregional y regional del país.
Repensar las conexiones vitales existentes entre educación y desarrollo humano avalan desde la pedagogía social, la posibilidad de fortalecer “la comunidad” como un lugar de aprendizaje no institucionalizado, en donde el sujetociudadano del siglo XXI puede ejercer esta “nueva ciudadanía” y acceder a una variedad de contextos en donde el desarrollo humano y el progreso en comunidad es una posibilidad siempre vigente, siempre posible, a pesar de la incertidumbre y la rápida mutabilidad del mundo actual. Es posible pues, que la refexión desde la pedagogía social afance prácticas contestatarias a la inequidad de poder, de ingresos y en general de oportunidades de vida.
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