Summary: | Estudiar las prácticas de consumo cultural nos brinda una perspectiva muy rica para el análisis de la cultura, pues en la cultura se reproduce y sanciona el orden social. Después de la Distinción (1979) de Pierre Bourdieu, una de las obras que sentaron las bases para esta perspectiva, se han llevado a cabo estudios que cuestionan la vigencia de las conclusiones a que llegó el autor francés, pues se ha planteado que los cambios en los contextos económicos, sociales, culturales y tecnológicos repercuten tanto en las pautas de consumo cultural de los sujetos, como en los sentidos que éstos les dan. Entre los conceptos más interesantes de estas investigaciones está el de la “omnivoridad cultural”, que define un eclecticismo en las preferencias culturales de los individuos y cuestiona los postulados de la hegemonía cultural de Bourdieu. Ahora bien, la universidad se ha entendido como un espacio de libertad y democracia para la cultura, un lugar en donde la cultura está ahí para que todos, por igual, tengan acceso a ella. Por tal motivo, resulta muy revelador conocer las prácticas culturales de los estudiantes universitarios; prácticas que pueden ser analizadas desde una perspectiva que refleja su subjetividad construida desde la objetividad del contexto sociocultural en que se mueven los universitarios. Así, este artículo presenta un análisis acerca de las prácticas culturales de un grupo de estudiantes universitarios y los sentidos que éstas tienen para ellos.
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