Summary: | La proliferación de actores no estatales está transformando gradualmente las relaciones diplomáticas: desafían aquellas establecidas sobre nociones de soberanía a favor de configuraciones alternativas construidas alrededor de valores compartidos o asuntos transnacionales. Los actores no-estatales ejercen un poder de influencia que aconseja la adaptación de la diplomacia tradicional para establecer una relación apropiada con ellos. Aunque la legitimidad de los actores no-estatales para intervenir en diplomacia es controvertida, la hipótesis del trabajo defiende que su legitimidad se basa en la eficacia con que contribuyen a hacer frente a amenazas globales y en la representación cuantitativa o cualitativa de la ciudadanía. Ambas condiciones exigen la habilidad del actor no-estatal para gestionar su comunicación pública. La habilidad comunicativa consiste en difundir mensajes convincentes, de forma coherente con su identidad y capaces de atraer el apoyo del público. El análisis sugiere propuestas para guiar un cambio en la diplomacia que permita aprovechar la relación con estos nuevos actores.
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